10/3/12


     ¿Para qué darle un pesar a ella de mi sentir?.... 

Mejor: traerle las nieves de aquél lugar donde crecí. Sí, en aquél lugar había nieve, aunque hace más de 24años que no se ha registrado una sola de nuevo...

     Me recuerdo niño, sin saber cuantas ilusiones habré cosechado por aquel entonces, me vi a manos llenas en el recorrido de mi vida y derramándolas con el paso del tiempo. Quiero creer que donde alguna cayó, hubo de haber germinado un almendro frondoso y señorial, o porqué no, un árbol de naranjas o bien de jacarandas, "como ese", que había en la Casa de la Perdición. Ese árbol que cada mañana me dejaba adornado el suelo que era de tierra. Lo arreglaba de flores y las vestía de un morado tierno a cada una, "antes de soltarlas"... El suelo se veía aterciopelado y húmedo por el rocío matinal, mismo, que iba a cegarme solo por temporadas, para no permitidme ved las desgracias pendientes del día que se cocinaban en en interior de la casa.

     Pero la Casa de la Perdición, fue otra etapa que bifurcó los andares de mi vida, sin embargo; No han cesado las traiciones...

     El bosque de la casa de mi tatarabuela era denso, tanto, que no había por sobre el un cielo. Allí, a diario se libraban batallas entre las sombras y una magia que no pertenece a estas eras....  Eran fragmentos de rayos destellantes que ni siquiera el azul se podía ver del cielo. Esos rayos; penetraban entre los ramales de los mangos. Mangos, que para defenderse, se agarraban de las manos, (agitándose tiernamente y oponiéndose al viento que se aferraba a llevarlos de ahí). Estos se lamentaban y a su vez  hablaban entre sí, "lloraban"...  Las luces, dibujaban sobre la hojarasca signos incomprendidos, "era una lluvia de luces hipnotizante" como el ver de el Fuego. En tanto, el frío río callaba los cegantes crepúsculos, llevándoselos suavemente y arrastrándolos por entre rocas y pequeñas cascadas' hasta un estante elegante y profundo. Lugar donde toda esa luminosidad "otrora", no era mas que magia muerta. Un ulular de del río, un viento que no helaba, un gélido y triste azul que no pudo mostrarnos su cara, una galaxia de otro lugar donde no sé si volveré a estar, pero no pierdo la esperanza.

     El río, corría al pie de los mangos y arrullaba a la diversidad de aves que ahí habitaban.Su hermoso hablar las atrapaba para solo dejarnos escuchar el murmullo de los pájaros y alguno que otro chasqueteo, (como el de las óperas, cuando callado todo está y alguien tose o rasca su garganta)...

     ¿Que hay de la nieve?...
La nieve nunca fue mas hermosa. Caía suave como cuando las hojas sobre mis manos. Caía y emigraba como cuando las semillas de los arboles antes de nacer. Viajera de el viento, que cubrió blanco sobre oro blanco y frío también.  Pueblo crecido en un manantial de mármol bruto "mi tierra".
     


      
     
     

     


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