me gusta el jardín de tu calma
las rosas de tu pasión
me gústas cuando espinas el corazón...

Y había llamas en tu cabello
Fogosa, de piel morena a roja
Hielo

Eres audacia pura
bronca si indomable
musa

Me gústas en el jardín de la calma...

Me gustas en el jardín de nuestra calma.

Me gústas

Y así, cuando una mujer mía  entrega su corazón después a otro ser, yo me quedo sin remedio, sin arreglo alguno,  como las costras viejas de pintura  que caen  de una pared antigua, revelándome como un ser diferente que asoma un brio inigüalable...
Y es ahí, cuando a ellas' se les abre la piel y transmutan su ego en ira...